Día 143. Proyecto 365

Hace 9 días que no te escribo.

La verdad es que ha habido pocas novedades, cada día es más o menos igual que el anterior, sin sobresaltos. Hace un par de días dejé de tomar las pastillas de Talidomida que eran parte del tratamiento más agresivo y sigo con el resto que es básicamente calcio y un antiviral. 

Lo curioso es que creo que me he bloqueado un poco cuando he visto que una cantidad grande de gente se ha ido suscribiendo a la lista de correo de estas entradas. Cuando empecé a escribir aquí, solo lo hacía para una sola persona, yo mismo. Ahora hay un grupo grande de gente que espera recibir un correo cuando escribo algo y quiera o no, esto ejerce cierta presión sobre mi, sobre el contenido y la frecuencia de estos pequeños textos.

En fin, que durante unos días me he quedado un poco en blanco pero ya vuelvo a la carga. Para escribirte a ti, como si no hubiera nadie más leyendo ;)

La cosa es que hoy quiero hablarte de una idea que es siempre buena y que, como te conté en la entrada anterior, estoy llevando a cabo con el tema de los bocetos: un proyecto de 365 días. Para mejorar cualquier disciplina artística, incluida la fotografía, es una de las mejores decisiones que puedes tomar sea cual sea el nivel. Tanto si estas empezando como si eres profesional, cada día una fotografía durante un año es un ejercicio tan brutal para la creatividad y habilidad, que el cambio que se experimenta es tan profundo que cuesta creerlo una vez se ha completado el proyecto.


¡Pero si ya hago fotos a diario! Con el móvil. Y hay una diferencia importantísima con usar la cámara. 

Hacer una fotografía requiere de una serie de decisiones: componer, enfocar, exponer, elegir y revelar. El móvil hace 4 de esas 5 cosas por nosotros. Solo tenemos que preocuparnos de encuadrar más o menos decentemente. Si el movil decide 4 de 5 opciones, ¿Cómo podemos sentir que las fotos son realmente nuestras? 

La idea es llevar tu cámara, grande o pequeña, siempre (que puedas) encima y poner en práctica cada día esas 5 elecciones. La composición, enfocar donde tu decides, sobreexponer o subexponer a tu antojo, elegir en casa la mejor de las fotos de ese día y revelar según tus gustos. Ya ves que uso la palabra revelar porque se sigue descubriendo lo que hay en el interior de un negativo digital. 

Cada uno de esos estados de una fotografía es esencial. Lo es en una foto de una flor que te encuentras de camino al trabajo, una botella vieja brillante que ves dando un paseo con tu hija, o una bici oxidada en una calle oscura con la que te tropiezas volviendo a casa después de tomar unas copas.  

Uno de los problemas principales con los que te encuentras cuando te plantas delante de un paisaje impresionante es el bloqueo. Por la belleza del lugar, por el nerviosismo de hacerlo bien, lidiar con condiciones climáticas poco amables... Pero sobre todo es la falta de conexión entre tú y tu equipo. Esa falta de conexión que te hace cogerlo y manejarlo como un extraño, como algo ajeno a ti. 

El momento ideal en tu desarrollo fotográfico es  aquel en el que se te olvida que estas usando una cámara. No es tan complicado pero requiere tiempo y esfuerzo. Y eso es lo que este proyecto puede hacer por ti, de manera sencilla y efectiva. 

¿Mi recomendación? Que puedo decirte, yo acabo de empezar uno porque siempre he querido saber dibujar decentemente a mano alzada y saber manejar el color de verdad. Se a ciencia cierta que es la mejor manera de hacerlo. Así que si quieres aprender, mejorar, profundizar y conseguir que tu equipo fotográfico sea parte de tu capacidad de mirar la realidad; que sea la herramienta que te permita plasmar tu mundo y no el obstáculo que te impida ver más allá, lánzate a ello. 

Un compromiso contigo mismo que con el tiempo recordarás como una de las mejores decisiones que has tomado. 

Buenas noches querido lector.

Comentarios

  1. Ya estaba echando de menos tus entradas! Ver ese cuaderno a final de año con todo el progreso hecho será un placer

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