Día 40

Martes, día de Dexametasona. Corticoides; cuyos efectos positivos en estas circunstancias son incalculables y además de todo, me ponen como una moto. Me paso el día subiendo y bajando las escaleras de casa con la mente hirviendo de ideas. Creo que peta un poco los riñones, pero oye, no seré yo el que se queje. 

En general ha sido un día en el que me he sentido casi 100% normal, casi casi mejor de lo normal, diría yo. No te lo había contado, pero los últimos análisis salieron con un incremento apreciable de los glóbulos rojos y la hemoglobina, que te recuerdo que los valores bajos desde noviembre fueron los que hicieron saltar las alarmas. Ver aumentando esos valores no solo da alegría, es que repercute directamente en mi estado físico y en la fatiga que siento desde hace meses y eso a su vez influye directamente en mi estado mental y anímico. Subir las 4 plantas de mi casa (si, mi casa tiene 4 plantas, y no, no soy rico) desde el sótano hasta mi despacho en la buhardilla y no quedarme sin aliento es una sensación maravillosa. La verdad es que una vez más se cumple ese dicho de que "nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde". 

Hoy hablaba con mi padre sobre las 3 cosas importantes en la vida de aquella canción: salud, dinero y amor. Nunca he echado de menos el amor, siempre me he sentido querido y he tenido suerte con mis relaciones amorosas y de amistad (excepto con un amigo, que aún me atormenta, pero de eso quizá hablemos otro día). Incluso cuando he estado solo no he tenido añoranza de amor, será porque me quiero mucho a mi mismo. Tampoco he echado de menos el dinero, no ha sido remotamente una prioridad en mi vida y en realidad me incomoda. No me gusta hacer cuentas ni llevar la contabilidad ni organizar facturas ni nada que ver con la pasta. Cuando digo que no me ha preocupado el dinero, podrías pensar que será que nunca me ha faltado, pero créeme que aunque siempre he tenido para comer, ha habido épocas en las que mis capacidades de producir han estado a 0. 

Mi preocupación principal de esas 3 cosas, siempre ha sido la salud, no porque haya sido enfermizo, al contrario, esta es la primera vez en mi vida que estoy enfermo. Es simplemente una especie de fobia a las enfermedades y concretamente al cancer, ¡manda cojones! Imagino que tiene que ver el echo de que a mi padre le dieron 6 meses de vida debido a un cancer de estomago cuando yo tenía 14 años y eso debió marcarme más profundamente de lo que yo pude imaginar. En cualquier caso, esos 6 meses se han convertido en casi 30 años. Para que veas, amigo. En ese tiempo además mi padre, mas duro que el pedernal, ha sido operado de la piedras en la vesícula, dos hernias inguinales, y recientemente un pequeño tumor en la próstata con radioterapia, cosas de la edad según dicen. Siempre con el mejor ánimo y fuerza. Todo superado y dejado atrás.

Te cuento todo esto porque lo lógico sería que todas las experiencias de alguien tan importante en mi vida, deberían haberme dispersado esa fobia a enfermar, pero de nuevo se cumple otro dicho, y es que "nadie escarmienta en cabeza ajena", y tiene toda la razón. Solo ahora comprendo la importancia de la salud. 

Pero sobre todo ahora, comprendo la importancia de aprovecharla hasta el último sorbo mientras la tienes en vez de estar preocupado por perderla, cuidándola como su fuera un ave enferma. Esto es un pensamiento importante que deberé recordar de aquí en adelante, siento que es vital para mi.

Buenas noches querido lector.

Comentarios

  1. !Qué buenas noticias! Supongo que tendemos a pensar, y pienso, que no somos tan duros cómo nuestros padres. Todo un lujo tenerlo ahí al lado para arrimar el hombro en éstos momentos. Un fuerte abrazo y a seguir así de bien.

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  2. No valoramos lo que tenemos hasta que nos falta :-(

    Oye! Me alegro de lo de la Dexametasona, no te vayas a poner ahora to petao en el gimnasio X-D

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