Día 31

 A veces recuerdo la fotografía con el cariño que se le tiene a un niño, con cierta añoranza. Otras veces con la amargura de no haber aprendido antes y mejor, desde una perspectiva más profunda.

La primera vez que me senté a revelar un rollo de negativos tenía 18 años, era de noche, hacía frío y olía raro. Todo me resultó raro y extrañamente desagradable. Me enseñaba a hacerlo “el Lopin”, un compañero del colegio mayor que se ese año se había hecho cargo del taller. ¿Que qué clase de nombre es Lopin? ¿Como se llamaba en realidad? Ni idea, sinceramente creo que nunca se lo pregunté. Lo único que se es que era veterano (así se llaman todos los colegiales que no son novatos, o sea de primer año), y que en su primer año en algún momento durante las novatadas dijo la frase -“pues no es tan fiero el león como lo pintan”-. Y comenzaron a llamarlo “Lopintan” que acabó en una especie de hipocorístico cariñoso “Lopin”. Así funcionaban las cosas en “el Mayor”. A mi me llamaron durante 3 años “Juanpi” y a día de hoy, 24 años después, cuando hablo con algún amigo que conservo de aquella época, me sigue llamando así. 

Así era con Termi, hermano pequeño de Terminator; un chico grande y fornido. Palmi, de Palmito; porque era de la Palma, al que sigo llamando así. Y otros muchos como Piojo, Gusano, Mago, Cartaya, Brenes, Chiqui, de Chiquitín; elegido con mucho humor porque Chiqui era un chaval gigantesco. Normalmente era algo relativo al apellido, o lugar/pueblo de origen. 

Todos esos tenían suerte, sin comerlo ni beberlo, podías descubrir con horror que los siguientes años de colegial todos tus compañeros te iban a llamar “Carachocho”, simplemente por el pecado de haber llevado una perilla especialmente poblada los primeros días de novatadas…

Como te digo, lo verdaderamente cómico y un poco trágico es que no tengo ni remota idea de como se llamaban realmente. Para mi siempre serán… ellos. 

El caso es que yo iba a hablar de fotografía y me he liado, pero otro día te cuento lo que estaba pensando.

Ya esta terminando el tratamiento de hoy, me voy a casa. 

PD: Me acabo de acordar de "Diamante", llamado así porque rayaba sin parar.

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