Día 22
Hoy me gustaría hablarte sobre el exceso de responsabilidad laboral. Cuando un sueño se convierte en realidad y hace que sea muy difícil disfrutar de cualquier otra cosa. Sobre el cargo de conciencia e incluso sobre el síndrome del impostor.
Imagino que los empresarios/creativos/freelance/autónomos de cualquier clase que me lean saben perfectamente a lo que me refiero. Levantar una empresa, un negocio, hacer realidad una idea, un sueño; es algo que requiere tal nivel de sacrificio, dedicación y compromiso que corre uno el riesgo de olvidarse de su propia vida, simplemente por estar demasiado concentrado en dicho sueño.
Yo soy uno más, uno de tantos que olvidé durante años, poco a poco, las cosas que me gustaban. Me negué la capacidad de disfrutar de nada que no estuviera mínimamente relacionado con mi proyecto, que asumí no solo como laboral si no de vida. Podrías pensar que, dedicándome a mi sueño, que es fotografiar el mundo, lugares increíbles, viajar varias veces al año, enseñar a otros todo lo que se... es como no trabajar. Ya lo decía Confucio: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida".
Falso. Incluso el trabajo soñado, del que disfrutas más que nada en el mundo, necesita de descanso y una recarga periódica. Yo, como tantos otros, olvidé disfrutar por el camino, demasiado concentrado en construirlo. Una vez levantado, no puedo estar más orgulloso, miro a mi al rededor y veo lo que he creado y me siento feliz, pero no parece ser suficiente. Llega entonces el temor a que todo se desmorone. Aparece la inseguridad, el síndrome del impostor y se pierde el foco del porqué se amaba ese sueño y te quedas vacío.
Así que te propones en serio parar, llega el momento de recargar, vaciar la mente llenarte de creatividad cambiando de actividad, respirando aires diferentes, pero has olvidado como se hace. Ahora ya no puedes desconectar y sientes el bloqueo. Funciona de manera muy sencilla: no eres productivo porque necesitas un respiro, un descanso, pero el descanso no surge efecto esperado porque te crea un conflicto interno. Todo el tiempo no dedicado a tu proyecto parece ser tiempo desperdiciado. La pescadilla que se muerde la cola.
Ahora estoy enfermo, y aunque no me sienta así, necesito descansar y recuperarme. Necesito mirar las cosas con perspectiva y reaprender a disfrutar de las pequeñas cosas. De las cosas que me gustaban antes, de cosas sencillas y estúpidas sin sentir la punzada de la culpa y sin pensar que debería estar haciendo algo más.
Cuando todo se desmorona, la duda, el miedo y el futuro desaparecen. Solo queda el ahora.
Y ahora y aquí estoy; soy yo y mi familia. Nada más importa.
Totalmente de acuerdo con esa reflexión JP , se trabaja para vivir y no vivir para trabajar ,aunque hay veces que es complicado hacerlo , solo importa el ahora , espero que encuentres ese camino y lo disfrutes.
ResponderEliminarSaludos.
Está siendo todo un reto. Simplemente descansar y dedicarme a lo qué me apetezca para estar al 100% mentalmente. 0 estés...
EliminarSe hace raro 😅
Qué bien me ha venido leer ésto. De alguna manera también estoy viviendo un sueño, y es totalmente cierto que detrás de toda esa suerte que los demás ven hay mucho de sacrificar otras cosas. Un fuerte abrazo y toda la fuerza del mundo! :)
ResponderEliminarPues animo! Vale la pena. Pero no dejes por el camino el tiempo para ti mismo.
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